domingo, 25 de agosto de 2013

¿Es útil anular el voto?

En los medios masivos de comunicación se ha extendido la idea de que los partidos políticos son territorios donde predomina la corrupción y la ineficiencia. Muchos creen que los políticos deben ser castigados por haber dado la espalda a la ciudadanía y por ocuparse solamente de sus intereses. El desprecio por la política refleja una extendida decepción ante la democracia, que no parece cumplir las esperanzas que se depositaron en ella, un menosprecio que los políticos, con su demagogia, alientan todos los días. Estas ideas y sentimientos se expresan de muy diversas maneras y se ligan a corrientes de pensamiento de muy distinto signo ideológico. Tienen en común el desencanto y la frustración. ¿Cómo votar si ninguna opción nos convence? Este es un predicamento propio de las sociedades democráticas y debemos acostumbrarnos a una nueva civilidad que obligue a reflexionar detenidamente sobre la manera de encontrar que el voto sea útil a pesar de las inclemencias del clima político.

Esta marea heteróclita de opiniones e intereses suele estimular la abstención electoral, la indiferencia ante los procesos políticos y la rabia que clama por la anulación del voto. El hecho es que no faltan motivos para impulsar la marginación política, el desinterés y el rencor. Ciertamente en muchos lugares del mundo hay una clase política de baja calidad y partidos políticos llenos de basura que hacen pensar que es inútil el ejercicio del voto.


Todo ello es evidente en El Salvador que se enfrenta a las elecciones presidenciales. Y a pesar de todo es importante señalar claramente que las corrientes y movimientos que fomentan las abstención y la anulación del voto contribuyen a minar las todavía no muy sólidas bases de la democracia en El Salvador.


Hay otros contendientes en la lucha por el poder que también desprecian a los partidos y las esferas de la política, y que se presentan como representantes de la “ciudadanía”, de la “sociedad civil” o del “pueblo”. No nos debe sorprender que estas actitudes anti-políticas hayan logrado ahuyentar a muchos votantes que están indecisos o que desconfían con buenas razones de los círculos del poder.


Las intensas movilizaciones por deslegitimar las elecciones de 2014 contribuyeron a que una gran parte de la sociedad se alejase desencantada de los mismos partidos y grupos que las fomentaron. Con ello auspiciaron sin darse cuenta la expansión de aquellas tendencias que, después de más de setenta años de ejercer autoritariamente el poder, configuraron lo más corrupto del sistema político y los más antidemocráticos estilos de hacer política. Por otro lado, la televisión, la radio y la prensa, con sus frecuentes burlas del comportamiento absurdo o ridículo de los políticos, expresan los sentimientos de los sectores más derechistas del empresariado y de la clase media. 


Estos mismos sectores, a la sombra del partido en el poder, protegieron a los monopolios de la televisión, que son responsables de las más atrasadas formas de manipulación política. Han logrado que las elecciones parezcan insulsas y aburridas, que los candidatos a la presidencia se adapten al estilo fragmentado y obtuso que les exigen y que una parte de la sociedad sienta una morbosa pero secreta satisfacción por los enfrentamientos entre delincuentes que han producido más de cincuenta mil homicidios.

No debemos extrañarnos que mucha gente quiera anular el voto o simplemente abstenerse, sin percatarse que con ello fomentarán las posibilidades de que el partido del antiguo régimen autoritario retorne al poder.

Vale reflexionar un poco que es lo que realmente necesitamos para lograr un verdadero desarrollo a futuro. Intentar seguir evolucionando o regresar al pasado, para que posteriormente nos lamentemos por el 
hecho de haber tomado una decisión equivocada de no participar en el proceso de elección pero si estar siendo afectado por las políticas plasmadas por ese nuevo presidente que no elegiste, pero que al final, sigue siendo tu presidente, el cual logro su cometido gracias a que vos pensaste que realizabas una maniobra inteligente e infalible, según vos que con esa acción golpeabas el sistema político precario y nefasto de El Salvador, que le hiciste daño a "los políticos" cuando en realidad, el daño te lo hiciste vos y a los tuyos.






1 comentario:

  1. Entonces que sugieres hacer al votar si ningun candidato nos convence, yo escuché aunque no estoy seguro, que si el 50% de la población que asiste a votar, se obligan a nuevas elecciones con nuevos candidatos. Pero si dices que el voto nulo no funciona, entonces la pregunta es, que si funciona? votar por el "menor peor" me parece muy equivocado.

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