martes, 26 de febrero de 2013

Justicia social en un modelo económico "Capitalista"




El liberalismo o en su defecto el capitalismo, a lo largo de la historia, marcaron serios problemas sociales. En su primer momento se inició una revuelta por parte de los sectores obreros, es que este sistema tiende a marcar una enorme distancia entre las clases sociales, como así también tiende a acabar con las clases medias.
La injusticia social, generalmente, se da con mayor frecuencia en los países subdesarrollados, puesto que estos no tienen la riqueza de los países del primer mundo. En Latinoamérica podemos observar una grave crisis social. Si vemos puntualmente el tema de la Argentina nos podremos dar cuenta a simple vista de los principales problemas, estos a su vez se encuentran en la mayoría de los países de América del Sur.
No sólo este sector del Universo se encuentra sumergido en estos problemas, sino también otros lugares, tales como Africa, Asia y los países de los Balcanes, que se encuentran inmersos en una grave crisis social. Lo que destacamos nosotros en este problema, es el poco valor que se la da a la vida humana. Algo tan grande como la vida, a la cual todos tenemos derecho, se le está dando tan poco valor, que realmente nos impresiona. Se hacen valer otros intereses por encima de la vida del hombre.
Otro de los aspectos que queríamos resaltar acerca de este sistema neoliberal y de la globalización, de la cual muchos hablan maravillosamente es que, en realidad, este es sólo un sistema económico, que deja de lado la parte trascendental del hombre y lo sustituye por una simple pieza de un rompecabezas financiero. Un ejemplo de esto, es que ningún país se solidarizó con Angola. Este último es un país gravemente afectado por la Guerra Civil que en estos momentos se sufre en dicho lugar. En este país el egoísmo de unos, aliados a intereses de otros, conduce a esta nación a una lenta e inexorable agonía, comprometiendo el porvenir de toda esa región.
Un grave problema que también produce injusticia social es el tema de la inmigración. Con esto queremos destacar que el sistema neoliberal es injusto. Llegamos a esta conclusión puesto que dicho sistema no es solidario, es decir, no se solidariza con la gente, puesto que muchas veces la globalización que tiende a "unir al mundo" le cierra las puertas a muchos. No hay una globalización en materia de inmigración. Muchas veces se le cierran las puertas a la gente. En este sentido vemos algún tipo de discriminación, puesto que si algún africano con estudios universitarios y doctorados aprobados en cualquier tipo de materia laboral desea trabajar en Europa es muy posible que la población del Viejo Mundo lo acepte; en cambio si un joven que ve su posibilidad de expansión en diversos campos desea ir a Europa es poco probable que se lo deje pasar.
Dentro de la injusticia social, vemos que hay un solo perjudicado. Ese perjudicado lamentablemente es el hombre. El hombre es marginado por el hombre. ¡ Que atropello a la razón! Como puede el hombre ser tan dañino con sus pares.
En lo que respecta a la Argentina, podemos observar un gran grado de injusticia social. Comenzamos hablando del desempleo. Este punto alcanzó su pico máximo durante los últimos años. Llegó a haber un 18% de desocupados. Este problema social trae también como consecuencia otros factores que incrementan la injusticia social. Estos factores son la delincuencia, la violencia, el alcoholismo y la drogadicción entre otros. La recesión en el país sólo produce injusticia social. El número de personas que no tienen sus necesidades básicas satisfechas es cada vez mayor y sin embargo ¿ qué se hace para combatir ese abrupto incremento de la pobreza? La respuesta, aunque nos cueste es nada.
Lamentablemente los países, como debería ser, no se solidarizan entre sí. Buscan sus logros personales, sin tener, en muchos casos en cuenta, los problemas que se desarrollan en otros países. Tal es el caso de Estados Unidos. Principal beneficiado del sistema neoliberal. Este último, viendo el problema social que sufre Cuba y su pueblo, no emplea todo su poderío para ayudarlo, más bien, para perjudicarlo. Ejerciendo un bloqueo contra Cuba lo único que produce es que el pueblo cubano se deteriore aún más y se incremente el número de injusticia social, donde unos pocos gozan de ciertos privilegios; y además se da el gusto de prohibir la posibilidad de trabajar en su país a ciudadanos cubanos que simpaticen con el régimen de Fidel Castro, utilizando a los exiliados cubanos anti-castristas como propaganda anti-comunista.
En síntesis, vemos que la escala de valores de los hombres a escala mundial está bastante tergiversada. Se han invertido totalmente los valores. Ahora reina el consumismo, el relativismo, la injusticia y la búsqueda del propio bien, en cambio, de cómo tendría que ser, la búsqueda del bien común. El bien común tendría que ser nuestro objetivo primordial. Pero este sistema donde reina el individualismo nos lleva a la propia satisfacción personal, que, al contrario de varios filósofos, no hacen al bien común. Se ha perdido el espíritu de solidaridad. El hombre se ha convertido en un mero producto de la posmodernidad. Se ha dejado de lado la parte trascendental del hombre, este sólo es un instrumento más.
La injusticia social se incrementa cada vez más en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo. La distribución de la riquezas y la estratificación social es cada vez más desigual. Si entendemos por justicia: la constante y perpetua disposición de la voluntad de dar a cada uno lo suyo, ¿Vivimos realmente en un mundo justo y lleno de oportunidades? Lamentablemente, no.

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