Paul el Zorro, nace, es abandonado, solo en
un mundo injusto, en el cual antes de nacer, ya era indeseable, sin ser parte
de este mundo, ya era un ser al cual nadie quería, justamente en esa noche
triste del 23 de Diciembre.
Paul el Zorro, nace, y es tirado en un callejón
lleno de basura, como un pedazo de porquería jamás deseado, como una cosa
inexistente, como un algo y no un algo.
Paul el Zorro, nunca fue cuidado, ni dentro
del vientre ni fuera del vientre materno, su única compañía al inicio de su
vida, fueron un par de Ratas de callejón sin salida, las cuales lo mordieron y
le desfiguraron un poco su rostro, algo irrelevante, debido a que desde el
momento de ser concebido, su vida, valió menos que nada.
Paul el Zorro, desde su primer minuto en este
mundo, entendió que su futuro era incierto, y que su vida, no sería vida.
Pobre Paul el Zorro, no fue amamantado,
hubiese sido más fácil para el haber muerte en aquel callejón, pero no fue así,
el futuro le deparaba cosas peores, cosas feas e injustas, para un ser
existente.
Ah sí, a Paul el Zorro, lo recogieron unos
mal vivientes, unos seres extraños que humanos no eran, o al menos no parecían serlo,
eran unas criaturas como retraídos y transformados por una especie de droga que
venía en .
Y pues, Paul el Zorro creció, en un hogar
peor que pobre, junto a aquellos seres extraños, seres que no lo trataban bien,
seres que lo maltrataban y lejos de cuidarlo, lo volvieron un Paul extraño, un
Paul que no sabía ni lo que estaba bien.
Y les cuento algo, que Paul el Zorro, era
obligado a salir a pedir dinero, porque sus “Salvadores” y padres adoptivos, no
podían obtener crédito y comprar su piedra de la vida. En fin, Paul el Zorro,
de nuevo, volvió a ser adoptado, pero esta vez por la calle, se hizo amigo de
otras figuras, que mejor hubiesen sido abortados, antes de nacer, dijo un señor
Católico y conservador. Se hizo colega de vicio y perdición de un tal Pedro
Rata y otro que apodaban la Marmota Cósmica, porque solo pasaba en el espacio.
Cuentan que Paul el Zorro, tenía un gran método
de escape para olvidar su casi nula existencia en este mundo, si, algo bueno
llamado “La Pega”. Así es amigos, eso era lo más destacable de este mundo para
Paul el Zorro.
Paul el Zorro, se convierte en un parásito de
la sociedad allá por los años en los cuales un presidente, cambio la moneda, y
pues empobreció más al país, promoviendo aun más la exclusión social, formando
una atmósfera de caos y pobreza, en la cual, miles de seres desafortunados como
Paul, hijos de seres como los padres de Paul, vinieron al mundo, a vivir la
miseria y ser parte del entorno tan injusto.
En fin, sigo con la historia de Paul el Zorro
y su precaria existencia en las calles de la ciudad, se hizo un hijo de la
calle, compadre de los vicios y la perdición, robaba para comer, pero antes de
comer claro, su dosis de pega, *Porque la pega me da vida* decía Paul, en un
lenguaje poco coherente que los seres humanos no entendemos. Pues sí, Paul el
Zorro, pedía pisto en un semáforo, pedía “10”, y un mal día un carro verde, lo
atropello. Así es, lo atropello y pues a nadie le importo, porque era un hijo
de la calle más que si moría, pues mejor.
Pero les cuento, unos doctores que hacían las
prácticas cerca del altercado en el cual Paul el Zorro, pudo morir y acceder a
una mejor vida, pero no lo hizo, lo ayudaron y lo llevaron a un hospital, en
donde lo vieron y pues pensaron como 5 veces en atenderlo, porque Paul el
Zorro, estaba todo mugroso, su pelo café, parecía negro, su olor era fétido, peor
que el de un tragante, pero igual, al fin de tantas excusas de los doctores,
llego uno que recordó el juramente hipocrático y si lo atendió. Haya paso 3
semanas Paul el Zorro, tuvo que pasar un tiempo para que este fuese el mismo de
antes.
Días más días menos pasaron y Paul el Zorro
regreso a su antigua vida de vicio y perdición junto a los otros callejeros.
Una gran cosa la vida de Paul el Zorro que dormía en unos cartones, a la
intemperie, viendo las estrellas y bien trastornado.
El tiempo pasa bien rápido y Paul el Zorro ya
tiene 2 años, es todo un adolescente, se ha enamorado como 2 veces, pero es por
demás, Paul el Zorro es inexistente para cualquier mujer. No trabaja, a veces
consigue dinero robando, y pues nunca compra comida, ahora se droga, ahora
compra piedritas que vienen en aluminio y un monte que venden qué papel de
diario por una colonia que está cerca de un Hospital.
Pues les cuento, Paul el Zorro, hace unas
semanas, tuvo una riña con un tal Kiko, no sé porque realmente, pero se rumoran
muchas cosas, ya saben, historias populares de la calle, de esas que solo
ocurren de noche; Dicen que fue por un sorbo de “guaro” se pelearon a muerte en
una acera, una lucha utilizando las técnicas de lucha del inframundo del cual
ellos eran parte. Al final Paul el Zorro, derroto a Kiko, gracias a un pequeño
puñal que este mantenía en su pantalón roto; Si, tal cual ustedes lo imagina,
lo apuñalo como 19 veces, el pobre Kiko, sucumbió en la calle, al siguiente día,
apareció en un noticiero y la noticia, a nadie le importo. Hubo testigos,
aparte del viento y del tiempo, ni uno solo.
Pasaron los meses y Paul el Zorro, se volvió un
personaje conocido en la calle, era de los vándalos de la zona, lo motivaba conseguir
el pisto para la piedra de la vida, para su pega, y a veces para una tortilla,
nada de crimen organizado ni mucho menos.
Ya Paul el Zorro, contaba con un poco mas de
edad, casi llegaba a la edad adulta, con un montón de enemigos, callejeros con
historias similares a la de él, sin educación, drogadicto y pareas de la
sociedad, de los que pasan todos chucos en la calle, esos víctimas
verdaderamente de la exclusión social, esos que en teoría y práctica no
tuvieron otras opciones que convertirse en parásitos, no de esos otros que
delinquen por ser parte de grupos organizados. En fin, Paul el Zorro, amigos y
enemigos, todas las noches salían a crear nuevos pasajes históricos que al día
siguiente serian conocidos por los habitantes de lugares aledaños.
Les cuento algo, una vez, Paul el Zorro, fue
capturado por las autoridades, lo enviaron a un reformatorio juvenil, para
seres como él, ahí Paul paso los peores momentos de su vida, bueno, al menos
eso se cree, tomando en cuenta la vida de Paul, en fin, en el centro de readaptación,
habían otros peores que él, mas grandes, mas malos y con mas mañas. En ese
lugar, Paul se las vio negras, lo maltrataron, golpearon y abusaron sexualmente
de él, los otros internos, aparte de ello, en una ocasión fue herido de
gravedad con un arma hechiza que un tal Sirius tenia oculta. Trágico lo de Paul
el Zorro, más trágico aun que de costumbre desde el inicio de su “vida”.
Así paso el tiempo, Paul sufrió dentro de ese
lugar, sufrió mucho, hasta que una noche de Noviembre, cuando había un frente
frio, Paul el Zorro se fugo tomando el camino de la oscuridad, partiendo por un
camino desolado y desconocido, llegando hasta un lugar que le pareció como
conocido, claro, era la calle de los malvivientes, donde de niño fue arrojado
por su madre, luego de una especie de parto inducido.
Entonces, les cuento, Paul el Zorro siguió su
vida, de vicio y perdición, con una ropa toda chuca y unas “Crocs” desgastadas
y rotas, y claro, su bote de pega a la mano como buen “huele-pega” que era,
junto a sus inseparables compinches, sus amigos los “piedreros” Pedro Rata y la
Marmota, a si, y un nuevo integrante de la banda, Ramón el gato, un joven de
aproximadamente 1 año y 3 meses, que ya mostraba desde niño, su fascinación por
las sustancias extrañas como sus otros amigos.
Una mañana Paul el Zorro salió a buscar para
su respectiva dosis y pues se topo desafortunadamente con una hembra embarazada,
una que si amaba al ser que llevaba en su vientre, una amorosa madre,
seguramente su hijo hubiese sido un gran Abogado o un Licenciado en Mercadeo
Internacional, quien sabe y digo hubiese por lo siguiente.
Pues sucedió así: Paul en su afán por
conseguir pisto, salió a robar, se encuentra con un señor y pues este saca su
cuchillo y se lo pone de manera amenazante en la garganta, exigiéndole sus
pertenencias o de lo contrario lo mataría, el tipo al verse amenazado, temeroso
le entrega todo, al mismo tiempo que un Policía pasaba por la zona, y es
testigo de tal acto, Paul el Zorro al ver al Policía, huye, en su carrera, se cruza con la
embarazada, la cual sirve de obstáculo, ambos chocan, Paul el Zorro la empuja y
esta es atropellada. De inmediato la intervienen, perdiendo a su hijo en el
acto. Tenemos que Paul el Zorro, una víctima de las circunstancias, ocasiona
una muerte, la de un ser indefenso, concebido con amor, un ser al cual sus
padres esperan con ansias, un ser que tendría un destino distinto al de Paul.
Paul el Zorro una escoria social, un ser que no debería de existir, ha
terminado con la existencia de un ser que posiblemente se pudo haber convertido
en un excelente personaje, ni modo, así suele suceder. Paul el Zorro, un ser
arrojado a la basura luego de meses en gestación no muere, cuando su misma
madre quiso que muriese, mientras otro ser amado si muere, por culpa de aquel
que si sobrevivió ante situaciones de muerte.
La vida es así unos subsisten a pesar de las
adversidades y otros simplemente sucumben ante la realidad.
Esa noche, Paul el Zorro, se fue para el otro
mundo, gracias a la piedra que si pudo comprar, pues dinero consiguió,
recuerden, robo y en el acto, un ser humano aun no nacido, perdió la vida. Pues
en efecto, Paul el Zorro, paso de la calle a un submundo en donde todo le
hablaba, en donde escuchaba voces, en donde todo era extraño. Caminaba y no sabía
ni para adonde caminaba ni porque, llego hasta el puente, donde se concentraban
los vagos a consumir de todo, paradójicamente esa noche de Diciembre 21, no había
nadie, estaba solo, a excepción de un personaje que al ver que Paul el Zorro,
si traía piedra de la vida, en un arrebato de locura y con violencia se
abalanza sobre Paul y la piedra tan ansiada, Paul en su estado, poco pudo
hacer, el sujeto, como se llamaba, solo por cuestiones de reconocimiento de
personaje, era Edgar el Cuervo, el terrible y oscuro Edgar, un ex profesor que
tras años de ejercer, se termino volviendo loco, a causa de sus excesos. Edgar
el Cuervo mucho mayor que Paul, un joven Zorro de 3 años, y con mayor fuerza,
haciendo uso de un objeto punzante arremetió contra Paul, en el ataque Paul
sufre serias heridas, heridas letales, heridas de noche oscura.
El 22 de diciembre, del año tal, bajo un
puente, yace el cadáver de un indigente de la zona, se le conocía por ser un
huele-pega que robaba a los peatones de la zona, un vástago sin beneficio para
la sociedad, un vulgar ser que nunca debió nacer, si amigos, un hecho que pudo haber pasado antes, apenas minutos luego
de su nacimiento, sucede hasta ahora, justo en Diciembre, casi el mismo día que
lo vio nacer, el pobre Paul el Zorro, termina siendo ultimado por un ser
repugnante que por una porción de droga fue capaz de arrancar una vida, claro,
la vida de un ser que ese mismo día, había arrancado la vida de un ser inocente,
de uno que si tendría expectativas de
vida. Ah pobre Paul el Zorro, que hubiese pasado si su concepción hubiera sido,
dentro de un matrimonio que se fundamentase en la palabra que Paul jamás conoció,
sí, claro, esa, Amor. Ah pobre Paul el Zorro, que hubiese pasado si su madre no
lo hubiera arrojado a un basurero, que hubiera pasado si su padre hubiera sido
un hombre responsable, que hubiera pasado si hubiese nacido en una sociedad
menos excluyente, con personas más solidarias, en un lugar donde hubiese sido
tomado en cuenta y por ende tomado como un hijo mas, educado y otorgado todos
los derechos inertes a la persona humana, si Paul el Zorro, hubiera conocido la
compasión, si hubiera tenido una casa, un plato de comida, si jamás hubiera
probado la piedra o la pega, si no se hubiera juntado con Pedro el Rata o la
Marmota Cósmica, que hubiera pasado si jamás se hubiese cruzado en el camino de
ese homicida al que apodaban Edgar el Cuervo, ese canalla que mataba por
motivos insidiosos, si, insidiosos, por el deseo pleno, de probar un poco de
piedra.
Pobre Paul el Zorro, término con 19
puñaladas, con su cabeza peluda, sobre un monte, sus ojos tristes con lagrimas,
como suplicando una oportunidad mas justa.
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