La última hoja de aquel calendario, era un sábado 23 de Noviembre, justo ese día fue inolvidable; No me acuerdo cuantos años pude haber tenido, sólo recuerdo mis ojos llenos de ternura, infancia y a la vez melancolía. Era una mañana, hacía un gran frío, mi mamá me había puesto un suéter azul, un pantalón de lona, tenía unas papas en mi mano, era un mocoso, que había vivido en la clandestinidad por muchos años.
No conocía a aquel hombre, tenía una gran barba, delgado, inoportuno, lejos de sentir miedo hacia el, sentí confianza y calidez, sobre todo por la forma como me trato, me cargo entre sus brazos, y supe que, supe que no era un desconocido, supe que era aquel que en mis sueños llegaba por momentos, cuando despertaba llorando en las madrugadas, aquel que estaba por segundos y luego sólo desaparecía, hasta que un día se fue, se fue y para nunca mas volver, hasta aquel buen día en que las cosas volvieron a la normalidad.
Portaba una camisa gris, descuidado, de largo cabello, me tomo de la mano y caminamos juntos por aquel parque desconocido; me imagino mis semblante de aquel día, pase de ser aquel niño olvidado y victima de aquello tan terrible, todo había terminado, de nuevo gozaba con aquella figura paternal, la cual solo podía ver en lapsos cortos; al inicio costaba decir papá, pero el amor y la dedicación que el puso fue lo que se gano mi cariño de niño inocente. Desde aquella mañana de noviembre las cosas fueron mas fáciles para nosotros, fue en 1991, todo me supo a felicidad, la navidad fue distinta, no estuve solo, borre aquel recuerdo de aquella figura que de niño veía en mis sueños, cuando se asomaba a mi cuna y desaparecía, y reaparecía por instantes y volvía a desaparecer...........la realidad fue otra, las causas ahora las comprendo, agradezco por completo ese sacrificio, no solo fue por mi futuro, sino por el futuro de muchos, ahora soy un hombre, comprendo cuan difícil fue para el hacer lo que hizo, yo me veo en su reflejo y me respondo si lo hiciera, sin dudarlo me negaría, pues no me alejaría de mi hijo por ningún motivo, no soportaría, moriría de tristeza, aunque si las situaciones fueran adversas, ofrecería mi vida por la causa y por el futuro de mi hijo.
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