En días recientes nuestro país ha sido testigo de varias denuncias sin respaldo, buscando desacreditar a algunos candidatos a las elecciones 2014.
Algunas de estas acusaciones llegaron a ciertos medios de comunicación provocando viralización de los temas entre los ciudadanos que utilizan redes sociales. Ante esto, parecería que estamos frente a indicios de las primeras manifestaciones de campañas sucias de nuestro proceso electoral.
Las campañas sucias y negativas, independientemente del efecto que tengan en términos de destrucción del adversario o de daño a su reputación y credibilidad, son realmente perversas también para quienes las promueven.
Actualmente podemos observar que quienes utilizan estos métodos corrosivos, son grupos pertenecientes a una de las derechas mas oscuras y peligrosas de latinoamérica, si, la de nuestro país. En una democracia como la nuestra no sería la primera vez que se presente una campaña sucia. Cuando se plantea un campaña electoral hay tres espacios, la campaña positiva, negativa y sucia. La campaña positiva, es sin duda, la que la mayoría de la gente desea, porque se trata de la discusión en el fondo. Con las otras el límite es poco tangible.”
La negativa sería aquella que señala las debilidades del otro candidato; sin embargo, podría caerse en la campaña sucia. “La campaña sucia es la que le hace más daño a la política nacional, porque se cubren con un manto de anonimato en donde se dicen cosas sacadas de contexto o no tienen relevancia”
Pero ese efecto colateral, por positivo que resulte, no alcanza para legitimar las verdaderas campañas sucias, cuyo objetivo no es el esclarecimiento y la fiscalización del poder público, sino el golpeteo político, y cuyos efectos perjudiciales para la vida republicana son conocidos: tienden a igualar en un amasijo repulsivo, a ojos de la población, a los distintos grupos de la clase política; alimentan la desconfianza generalizada hacia representantes populares, aspirantes y partidos y, más que estimular el voto ciudadano, generan apatía y falta de interés de los electores y profundizan la brecha existente entre éstos y sus gobernantes.
La derecha en El Salvador desesperada y en un intento irracional, cae bajo y utiliza de manera retrograda estos métodos por medio de los cuales se descalifica, se crean falsos rumores y un ambiente divisionista de desconfianza generalizado, que incluso a la larga se puede revertir en contra de ellos quienes la practican.
Los candidatos de la derecha solo se interesan por el poder; sin importar proponer ideas claras que motiven al electorado, eso sin duda alguna es dañino, nos hace retroceder y no evolucionar como sociedad democrática.
Al final, las “campañas sucias ensucian a quién quieren ensuciar y también a quién inicia la campaña, golpea tanto al que emite la falsedad como al que es atacado.
Por eso usted amigo y amiga que emitirá el sufragio, recuerde votar quien propone proyecciones accesibles de cumplir, vote por un conjunto de programas, vote por la mejor planilla, por quien le ofrezca los mejores ministros, por los mas decentes, no siempre quien tiene más títulos tiene las mejores intenciones, no siempre el que habla mas y con mejor tono de voz, es quien es mas honesto, no se confundan, recuerde quienes si se han acordado de realizar programas sociales en beneficio de los mas pobres, no vote por aquellos mentirosos, por los que se basan en argumentos injuriosos y sucios para poder desarrollar su campaña electoral.